Había una vez, un chico y una chica. Él tenía 18 años y ella 16. Ninguno de los dos era especialmente atractivo. Simplemente eran un chico y una chica solitarios, exactamente igual que el resto .Pero creían con todo su corazón que en algún rincón del mundo en el que vivían existía su chica perfecta y su chico perfecto .Sí!!! ellos creían en un milagro. Y ese milagro sucedió. Un día ambos se encontraron en una esquina.Esto es sorprendente.dijo el flaco, "Te he estado esperando toda mi vida. Puede ser que no me creás mucho, pero para mí sos la pendeja ideal.Y vos man, contestó ella, sos mi chico ideal, justo como te imaginaba. Es como un sueño!!.Entonces se sentaron en el banco de un parque , y estuvieron horas hablando sobre su vida. Ya no estarían solos. Habían encontrado y sido encontrados por su pareja perfecta. Que cosa tan maravillosa es el encontrar tu media naranja. Es un milagro, un milagro cósmico. Entonces, durante un momento de silencio, el chico le dijo, *Pongámonos a prueba; sólo por esta vez. Si realmente somos los amantes perfectos, entonces en algún otro lugar, en algún otro momento, sin lugar a dudas vamos a volver a cruzarnos. Y cuando esto ocurra, y sepamos que somos nuestra media naranja, nos casaremos allí y viviremos juntos. ¿Qué te parece?Sí, contestó ella, eso será lo que haremos.Y así se separaron, ella hacia el Este, y él hacia el Oeste.La prueba en la que ambos estuvieron de acuerdo, fue completamente innecesaria. Nunca debieron haber tomado caminos separados, porque realmente eran la pareja perfecta y fue un milagro que se hubieran encontrado. Pero de tan jóvenes que eran les resultaba imposible comprenderlo. Las frías, indiferentes olas del destino los sacudieron sin piedad.Un invierno, ambos sufrieron a los influjos de la estación, y tras luchar durante semanas entre la vida y la muerte, perdieron todos sus recuerdos.De todas maneras eran dos pendejos brillantes y decididos, y mediante enormes esfuerzos consiguieron recuperar el conocimiento y sentimientos que les permitían ser reconocidos como miembros de pleno derecho de la sociedad. Gracias al cielo, fueron auténticos ciudadanos de a pie que sabían como cambiar de línea en el metro, que eran capaces de ir al servicio postal para enviar un paquete urgente. De hecho, volvieron a enamorarse, a veces incluso hasta el 75% o hasta el 85% de aquella vez.El tiempo transcurrió con una velocidad gigantezca, y pronto el chico tuvo 32 años y la chica 30.Una bonita madrugada de enero, mientras iba a la búsqueda de una taza de café para empezar el día, el chico, que venía andando por el Oeste y la chica, que venía desde el Este camino al CORREO para enviar una carta urgente, entraron en la misma calle estrecha del barrio de Harajuku en Tokio. Se cruzaron justo en el centro de la calle. El débil destello de sus recuerdos brilló tenuemente y por un momento en sus corazones. Cada uno sintió un temblor en su pecho. Y ellos lo supieron:Ella es mi chica perfecta.Él es mi chico perfecto.Pero el brillo de sus recuerdos era demasiado débil, y sus pensamientos ya no tenían la claridad de hacía 14 años. Sin mediar palabra, se cruzaron, desapareciendo entre la multitud. Para siempre.Un historia triste, ¿no te parece?
sábado, 26 de abril de 2008
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1 comentario:
Una historia tristísima... ¡¡¡hay que ver cómo nos complicamos la vida las personas!!!
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